Justo al norte del bullicio de Manhattan se encuentra un tesoro natural que los visitantes suelen pasar por alto: el New York Botanical Garden. Este auténtico oasis abarca unas impresionantes 100 hectáreas en el distrito del Bronx, lo que lo convierte en el mayor jardín botánico de Estados Unidos. Catalogado como monumento histórico desde 1967, este santuario vegetal ofrece una refrescante alternativa a las clásicas atracciones turísticas como Times Square o Central Park.
A diferencia de los espacios verdes urbanos tradicionales, este jardín ofrece una inmersión total en un universo botánico que cambia con las estaciones: la vibrante floración de la primavera, la frondosidad del verano, los flamantes matices del otoño y la refinada gracia del invierno. Para los viajeros que buscan un descanso del ajetreo de la ciudad, este remanso de paz es un destino obligado, idealmente situado cerca del zoo del Bronx.
Un oasis verde en el corazón del Bronx
Las raíces del jardín: historia y misión
La historia de esta joya botánica comenzó en 1891, idea del botánico Nathaniel Lord Britton. Profundamente inspirado por el Real Jardín Botánico de Kew, cerca de Londres, este apasionado científico transformó las antiguas tierras de la familia Lorillard en un espacio botánico excepcional. El lugar fue cuidadosamente elegido por sus notables características naturales: un paisaje ondulado y la presencia de un río de agua dulce, que crea de forma natural diferentes microclimas propicios para una gran diversidad vegetal.
Desde su creación, el jardín ha tenido una triple misión, que continúa en la actualidad: llevar a cabo investigaciones científicas fundamentales sobre plantas de todo el mundo, mantener y enriquecer constantemente las colecciones hortícolas y sensibilizar al público sobre la biología vegetal. Esta vocación científica, conservacionista y educativa hace del Jardín Botánico un lugar único donde la belleza se une al conocimiento.
Joyas botánicas imprescindibles
El Conservatorio Enid A. Haupt
El Conservatorio Enid A. Ha upt es la joya arquitectónica del jardín. Este imponente conservatorio victoriano de cristal y metal, inspirado en el Renacimiento italiano, alberga una excepcional colección de plantas tropicales. En su interior encontrará majestuosas palmeras, helechos arborescentes y un sinfín de especies exóticas. Los estanques acuáticos son un punto culminante de la visita, con sus magníficos nenúfares y flores de loto, que florecen especialmente en verano.
El rosario Peggy Rockefeller
La Rosaleda Peggy Roc kefeller es una de las zonas más visitadas entre mayo y octubre. Sus 650 variedades de rosas ofrecen un espectáculo visual y olfativo incomparable. Originalmente diseñado por la arquitecta paisajista Beatrix Farrant en 1916, el jardín no se terminó hasta 1988, gracias al apoyo financiero de David Rockefeller. La disposición del jardín, diseñado como una sucesión de parterres geométricos organizados en torno a un espacio central, permite admirar las distintas variedades desde sus mejores ángulos. El rosario ha ganado numerosos premios internacionales tanto por su bello diseño como por la diversidad de su colección.
El jardín de plantas autóctonas
El Jardín de Plantas Autóctonas ocupa 3,5 hectáreas y cuenta con casi 100.000 ejemplares de árboles, arbustos, flores silvestres y helechos autóctonos de la región. Diseñado por la arquitecta paisajista Sheila Brady, la zona desempeña un papel ecológico crucial como hábitat de la fauna local, incluidas ardillas, mariposas, aves y anfibios. Un paseo por esta zona ofrece la oportunidad de observar las interacciones naturales entre la flora y la fauna en un ecosistema preservado.
El jardín alpino
Construido en 1931, el Jardín de Rocas es un notable ejemplo de paisajismo técnico en el que el hombre trabaja mano a mano con la naturaleza. En este espacio mineral estructurado por rocas estratégicamente colocadas, las plantas alpinas crecen armoniosamente entre las piedras y las grietas. La combinación de elementos minerales y vegetales crea cuadros vivientes que cambian con las estaciones.
Experiencia práctica: servicios e instalaciones para los visitantes
Zonas temáticas y educativas para familias
El Jardín de Aventuras para Niños de Everett ofrece divertidas actividades que cambian con las estaciones. Esta zona educativa permite a los niños descubrir el mundo de las plantas a través de la experimentación y el juego. Las decoraciones temáticas cambian a lo largo del año: calabazas y figuras otoñales en octubre para Halloween, un mágico ambiente invernal en diciembre y una celebración de la renovación en primavera.
El Jardín Familiar Howell es una de las zonas más participativas del jardín botánico. Como indica la señalización in situ, este jardín da la bienvenida a visitantes de «3 a 103 años» que quieran, literalmente, ¡ensuciarse las manos! Gracias al programa La Academia Comestible, podrá aprender los fundamentos de la horticultura y las técnicas de cultivo de plantas comestibles.
Servicios e instalaciones para que su visita sea lo más agradable posible
Para los visitantes que quieran ahorrar energía o dispongan de poco tiempo, el recorrido en tranvía es una gran opción. Este autobús gratuito (incluido en el precio de la entrada) realiza un circuito completo del jardín, con 8 paradas estratégicas situadas cerca de los principales puntos de interés. La mejor estrategia es subirse en la primera parada«Parada 1 del tranvía principal«, situada no lejos de la entrada principal, y bajarse después en las paradas 7 u 8, según sus intereses.
Fundada en 1899, la Biblioteca LuEsther T. Mertz es la mayor colección de obras botánicas de América. Con más de 550.000 libros y 11 millones de documentos en sus archivos, esta institución es un recurso inestimable. El edificio en sí bien merece una visita, con su imponente arquitectura que atestigua la importancia concedida al conocimiento científico.
Información práctica: preparación de la visita
La entrada al New York Botanical Garden se realiza mediante un billete«All-garden Pass», cuyo precio es el siguiente
- Adultos: 35
- Estudiantes y jubilados: 31 $,
- Niños (de 2 a 12 años): 15 $,
- Menores de 2 años: gratis.
Esta entrada da acceso a todas las zonas del jardín, incluida la Exposición de or quídeas (exposición temporal de orquídeas), el invernadero principal, el recorrido en tranvía y todos los jardines exteriores. Una buena forma de ahorrar dinero: la entrada está incluida en el Sightseeing Pass, una buena opción si tiene previsto visitar varias de las atracciones de pago de Nueva York.
La forma más rápida de llegar desde Manhattan es tomar el tren de la líneaHarlem desde la estación Grand Central. El trayecto dura sólo 22 minutos hasta la parada del Jardín Botánico, un ahorro de tiempo considerable en comparación con el metro tradicional. Los billetes de ida y vuelta cuestan 17,50 dólares en hora punta y 13 dólares en hora valle. Si opta por el metro, tome la línea 4 (verde) o la línea B/D hasta Bedford Park Boulevard, y después espere unos 15-20 minutos a pie o coja el autobús Bx26.
¿Cuándo visitarlo? Las estaciones del jardín
Mayo es sin duda la época más espectacular para visitar el jardín. La naturaleza despierta en una explosión de color y fragancia: magnolias, cerezos y manzanos en flor crean retablos de impactante belleza, mientras que los bulbos de primavera tapizan los parterres de vivos tonos. Es la estación ideal para admirar el Centro de jardinería doméstica, con sus numerosos tulipanes y narcisos.
En los meses de verano, de junio a agosto, el jardín alcanza su punto álgido de vegetación. Las colecciones de exterior están en plena floración, sobre todo las rosas y los estanques. Por otro lado, los días pueden ser calurosos y húmedos, sobre todo en julio y agosto. Asegúrese de llevar sombrero, crema solar y una botella de agua. Los invernaderos pueden alcanzar altas temperaturas en las horas centrales del día, así que opte por una visita matutina para mayor comodidad.
El otoño en Nueva York, sobre todo en octubre, transforma el jardín en una llamativa paleta de colores cálidos. Los arces, robles y otras especies de hoja caduca adquieren tonalidades doradas, anaranjadas y púrpuras. Es el momento perfecto para explorar el Jardín de Plantas Autóctonas y admirar las especies locales en sus galas otoñales.
Aunque menos frecuentado durante la estación fría, el jardín revela una belleza más sutil pero igualmente fascinante en invierno. Las siluetas gráficas de los árboles desnudos, los árboles de hoja perenne y las hierbas escarchadas crean imágenes de pura elegancia. El invernadero principal se convierte en un cálido refugio, donde la vegetación tropical contrasta agradablemente con el crudo invierno del exterior. Exposiciones temporales como el Holiday Train Show son atracciones adicionales que justifican sobradamente una visita invernal.
Incorpórelo a su itinerario de viaje
Hacer que la visita al Jardín Botánico forme parte de su viaje a Nueva York requiere cierta planificación. Su ubicación en el Bronx, al norte de Manhattan, lo convierte en una atracción menos inmediata que los lugares céntricos. Por este motivo, suele recomendarse a los visitantes con una estancia prolongada (más de una semana) o que realizan un segundo viaje a Nueva York.
Una estrategia eficaz es dedicar un día entero a explorar el Bronx, combinando una visita al Jardín Botánico con otra al vecino Zoo, a sólo 15 minutos a pie. Esta proximidad le permite aprovechar al máximo dos grandes atracciones en un solo día, maximizando su tiempo y sus desplazamientos.
El New York Botanical Garden es mucho más que una atracción turística: es un santuario vegetal donde se preserva y mejora la biodiversidad, un lugar de educación e investigación y un sitio donde todos pueden recargar las pilas. Esta experiencia le proporcionará un agradable contraste con el bullicio de la Gran Manzana y un recuerdo memorable de su estancia en Nueva York.
La entrada al New York Botanical Garden está disponible en 3 pases diferentes. Consulte la comparativa de pases para ahorrar dinero